Por Adalgisa Núñez.
La leche materna es el alimento natural que está mejor diseñado para satisfacer las necesidades de los bebés humanos. Tiene todos los nutrientes necesarios, en las cantidades perfectas y es fácil de digerir. Más allá de los beneficios nutricionales, aquí otra gran ventaja: la leche materna ayuda a construir y fortalecer el sistema inmunitario de su bebé. A continuación, le decimos cómo.
Leche materna: alimento y combatiente de las infecciones
La leche materna contiene anticuerpos que pueden combatir las infecciones. Esos anticuerpos están presentes en altas cantidades en el calostro, la primera leche que secreta el seno después del parto. Sin embargo, hay anticuerpos en la leche materna que están presentes en la madre todo el tiempo que la madre amamanta a su bebé. A través de estos anticuerpos, la madre puede pasar algo de protección contra las enfermedades infecciosas que ella haya tenido en el pasado, y las que tiene mientras está dando pecho. La leche materna puede literalmente dar a los bebés una ventaja para prevenir y combatir infecciones.
La leche materna también está compuesta de proteínas, grasas, azúcares e incluso glóbulos blancos que trabajan para combatir la infección de diversas maneras. Estos ayudan especialmente a combatir las infecciones gastrointestinales, ya que la leche materna va directamente al estómago y al intestino cuando los bebés la consumen. Los diferentes factores en la leche materna trabajan directamente con el intestino antes de ser absorbida y distribuida a todo el cuerpo. Esto también sienta las bases para un sistema inmunitario protector y equilibrado que ayuda a identificar y a combatir infecciones y otras enfermedades incluso después de dejar de amamantar.
Otros factores en la leche materna estimulan directamente y fortalecen el sistema inmunitario. Éstos incluyen la lactoferrina y la interleucina-6, -8 y -10. Estas proteínas ayudan a equilibrar la respuesta inflamatoria del sistema inmunitario, que es necesaria para la función inmunitaria pero que puede ser perjudicial en exceso.
Incluso hay evidencia de que las madres lactantes que están vacunadas contra el COVID-19 pueden transmitir anticuerpos contra el virus a través de la leche materna. Aunque no está probado, estos anticuerpos podrían ayudar a proteger a los bebés que aún son demasiado pequeños para recibir la vacuna. (Lea también: Lactancia materna durante la pandemia del COVID-19).
¿La leche materna es probiótica?
La leche materna también tiene factores «probióticos». Algunos fortalecen el sistema inmunitario y otros sirven como una fuente de nutrición de bacteria sana para el cuerpo, llamada microbiome humano. El microbiome sano puede desempeñar un papel de por vida no sólo en la prevención de infecciones, sino también para disminuir el riesgo de alergias, asma, obesidad y otras enfermedades crónicas.
Con todos estos factores que estimulan la inmunidad en la leche materna, no sorprende que los bebés que son amamantados tienen menos probabilidades de sufrir de infecciones del oído, vómito, diarrea, neumonía, infecciones de las vías urinarias, y ciertos tipos de meningitis. La investigación también demuestra que los niños que son amamantados por más de seis meses tienen menos probabilidades de desarrollar leucemia y linfoma en la infancia que aquellos que reciben fórmula. Esto puede ser en parte debido a que estos tipos de cáncer son afectados por las alteraciones del sistema inmunitario.
Recuerde
Para ayudar a mantener a los bebés saludables, las comunidades pueden tomar medidas para ayudar a las madres que deciden amamantar a sus bebés. Estas medidas pueden incluir, licencia remunerada y brindar a las empleadas espacio y tiempo para extraer la leche materna. Si usted está amamantando a su bebé o tiene preguntas, no dude en hablar con su pediatra. Si no puede amamantar, o por razones personales decide no hacerlo, consulte con su pediatra sobre otras formas en las que puede fomentar la salud de su bebé.