Momento Crucial.
Por: Rolando Morales.
Cuando se produjo el debate vicepresidencial entre Mike Pence y Kamala Harris, salió a relucir la cuestión del coronavirus o del llamado Covid-19, que de inmediato se convirtió en el principal ingrediente para que republicanos o demócratas cada quien desde su particular perspectiva, pudiera al menos que plantear con que tipo de estrategia podría contar para buscarle una solución a un virus que como cual fantasma misterioso, ha sido capaz de mantener en vilo y consecuentemente acorralada a la nación mas poderosa del mundo : Estados Unidos.
Por lo que no dudamos, que ese mismo aspecto y desde la misma esfera de los debates, continúe siendo una especie de tema vital- básicamente para el candidato presidencial demócrata Joe Biden en el caso de que sepa capitalizar la dificultad que ha presentado Donald Trump a raíz de su convalecencia a causa del Covid-19 y que al margen de lo que pueda decir el doctor Anthony Fauce, principal epidemiólogo de la Casa Blanca, lo cierto es, que el candidato republicano tendría que emplearse muy a fondo para poder convencer al electorado estadounidense con acciones no con palabras, de que en realidad se mantiene confiadamente revitalizado y en condiciones optimas de salud para un eventual segundo mandato en el caso de resultar electo en los comicios de noviembre.
El componente económico que ha sido drásticamente afectado a consecuencia de la enorme crisis sanitaria, es otro de los grandes desafíos que tendría que enfrentar el candidato que pueda salir airoso de la contienda electoral y no es para menos, porque se trata de una grave situación económica que solo guarda similitud con aquella recesión que se produjo en 1929.
En el caso de la política exterior que no sabemos si Biden de llegar a la Casa Blanca, continuaría con ese mismo espíritu confrontacional que ha caracterizado a la administración del presidente Trump específicamente y con relación a la guerra comercial que ha mantenido con China.
Ese mismo grado de conflictividad, también se observa con sus constantes enfrentamientos con el llamado cuadrón islámico, destacándose el histórico problema en el territorio de Irak y lo propio sucede cuando se ha tratado de revivir el espantoso tema de la guerra nuclear con Irán y otras situaciones que se dan en esos países del medio oriente y que tal parece que se le ha hecho un tanto difícil al presidente Trump para poder encarar con éxito todo aquello que representa el complejo drama de la política exterior.
El problema del racismo que continua siendo sistémico en los Estados Unidos, es otro de los grandes retos que aparece delineado conforme a la agenda de los debates y que me permito ilustrar con aquel caso especifico del afroamericano George Floyd- que resultó vilmente asesinado por policías blancos, poniendo en apuro a la administración Trump momento en que ese infausto acontecimiento provocó el rechazo y el levantamiento de toda una ira popular que removió todos los cimientos de la sociedad norteamericana y de otros pueblos del mundo que de igual manera se unieron y que mostraron su rebeldía frente a esta acción brutal.
Conforme a la exposición de republicanos y demócratas en ese desmedido afán de llegar a la Casa Blanca, todavía no ha quedado suficientemente claro para saber cual sería el tratamiento que recibiría la comunidad hispana -caso especifico del señor Biden, porque ese mismo sector que representa al menos que un 13 % de los votantes, ya conoce bastante bien al señor Trump que es un fiel exponente del llamado nacionalismo rancio norteamericano y un representante rabioso en lo que respeta al ultraconservadurismo de derecha, principal grupo de abanderados que defienden a capa y espada lo que es el Establiments de ese país.
Decir que en medio de esta severa crisis pandémica y económica, tampoco se visualizan los planes con miras a un eventual y urgente despertamiento de la economía norteamericana, cuando en esa sociedad tal y como ha ocurrido en otros países, los indicadores macroeconómicos han resultado drásticamente afectados por el tema del coronavirus.
Como se trata de un momento crucial por la cuestión del gran desbarajuste económico en que actualmente se encuentran los países, conviene que dentro de esa misma coctelera electoral, los señores candidatos les puedan explicar a esa misma sociedad norteamericana, sobre cuál sería su comportamiento con relación al calentamiento global- donde a modo de estrategia y para poder conjurar el problema, se podrían implementar medidas con miras a una energía limpia y renovable- que es un asunto que apenas se ha quedado en meros conclaves y discursos.
Que podría pasar en el caso de temas tan sensitivos como la salud y la seguridad social en sentido general, porque sabemos que el medicare que implementó la administración Obama, resultó seriamente afectado por el gobierno de Trump -agregándose a ello lo que ha sido el enorme despido de trabajadores de la industria y de otros sectores que también dinamizan la economía de ese país.
Lo cierto es, que cualquiera que resultare ganador para desde luego convertirse en el nuevo inquilino de la Casa Blanca, tendría necesariamente que emplearse a revertir un conjunto de situaciones que trascienden más allá del aspecto económico y de la muy errática política exterior que tanto daño le ha causado a la sociedad norteamericana , pero sobre todo, a ese lado oscuro con que se anida ese cuadro dantesco que representa la discriminación racial y esa forma burda con que eufemísticamente ha sido tratada la comunidad hispana de parte del presidente Trump.
Solo falta esperar que el próximo 3 de noviembre, se pueda salir de este momento crucial.