Este cortometraje sigue una estructura clásica de narrativa cinematográfica, centrada en un protagonista, Carolina Bang, que enfrenta una fuerza hostil representada por un funcionario burocrático. A lo largo de la trama, se destaca el mensaje de perseverancia frente a los desafíos del sistema.
El conflicto principal se desarrolla cuando el funcionario exige documentos al protagonista, marcando el inicio del mini drama. La introducción genera intriga al mostrar la cara asustada de un joven, y rápidamente se revela la tensión burocrática.
El clímax ocurre al minuto 1:09, cuando Carolina Bang demuestra su determinación para no dejarse vencer por el sistema. A través de la simplicidad, el cortometraje expone las dificultades que enfrentan los ciudadanos en trámites.
El desenlace, que inicia a los tres minutos, muestra la victoria de Carolina al superar la trampa burocrática. La grapadora simboliza el fin del conflicto, mientras que el funcionario queda derrotado ante la perseverancia del protagonista.
A pesar del cierre aparente, el clímax deja preguntas sin respuesta y emociones reprimidas, sugiriendo un final abierto. En términos de relato clásico, se destaca un único protagonista activo en una línea temporal.
En resumen, el cortometraje ilustra de manera sencilla las luchas burocráticas, abordando la falencia del sistema de manera alegórica y resaltando la importancia de la resistencia y la determinación.
