Los Grammy reconocerán carrera de Houston
De acuerdo con los organizadores, Jennifer Hudson hará un homenaje a la cantante
Whitney Houston, quien reinó en la música pop hasta que su majestuosa voz e imagen fueron destrozadas por el consumo de drogas, su comportamiento errático y su tumultuoso matrimonio con el cantante Bobby Brown, falleció. Tenía 48 años.
La muerte de Houston se dictaminó la tarde del sábado en una habitación del cuarto piso del hotel Beverly Hilton, dijo el teniente de la policía de Beverly Hills Mark Rosen. «No hay señales de crimen», dijo.
Se desconoce la causa del deceso, dijo la publicista de Houston, Kristen Foster.
El fallecimiento de Houston se produjo la noche previa al máximo espectáculo de la industria musical, los premios Grammy. La cantante será recordada el domingo en un homenaje en la voz de Jennifer Hudson, dijeron los organizadores. Houston acudió a los ensayos del show el jueves, preparando a las cantantes Brandy y Monica, según una persona que estuvo en el evento pero no estaba autorizada a hablar con los medios al respecto. La persona dijo que Houston lucía despeinada, sudaba copiosamente y tenía aliento a licor y cigarrillos.
En la cima de su éxito, Houston fue la chica dorada de la música. Desde mediados de los años 80 hasta finales de los 90, fue una de las artistas con mayor venta de discos. Deslumbró al público con interpretaciones vocales naturalmente poderosas que tenían sus raíces en iglesias de negros pero que hizo apetecibles para las masas al darles un brillo pop.
Su éxito la llevó más allá de la música, al cine, donde protagonizó éxitos como El guardaespaldas y Waiting to Exhale.
Tenía la voz y la imagen perfectas: una hermosa cantante de gran atractivo pero nunca demasiado sexual, que mantuvo perfecto aplomo.
Influyó a una generación de jóvenes cantantes, desde Christina Aguilera hasta Mariah Carey, quien cuando debutó sonaba tan parecido a Houston que muchos pensaban que era ella.
Pero hacia el final de su carrera, Houston se convirtió en una impresionante advertencia sobre el impacto de las drogas. Sus ventas se desplomaron y dejó de producir éxitos; su imagen serena fue destrozada por un comportamiento salvaje y extrañas apariciones públicas. Confesó que abusaba de cocaína, marihuana y píldoras, y su impecable voz se tornó ronca y áspera, incapaz de alcanzar las notas a las que llegaba en sus mejores tiempos.
«El mayor demonio soy yo. Puedo ser mi mejor amiga o mi peor enemigo», dijo Houston a Diane Sawyer de la cadena ABC en una entrevista en el 2002, junto a su entonces esposo Brown.
Fue una caída trágica para una superestrella que llegó a ser una de las artistas pop más exitosas de la historia, con más de 55 millones de discos vendidos sólo en Estados Unidos.
Su mentor de toda la vida, Clive Davis, siguió adelante con su concierto anual el sábado en el mismo hotel donde el cadáver de Houston fue encontrado. Le dedicó la velada y pidió un momento de silencio. Se suponía que Houston iba a actuar en la gala.
Aretha Franklin, su madrina, dijo que estaba pasmada.
«No puedo hablar de esto ahorita», dijo Franklin en un breve comunicado. «Es tan impresionante e increíble. No podía creer lo que estaba leyendo en la pantalla de la TV».
Houston pareció haber nacido para la grandeza. Era la hija de la cantante de gospel Cissy Houston, prima de la diva pop de los años 60 Dionne Warwick y ahijada de Franklin.
Empezó a cantar de niña en la Iglesia Bautista Nueva Esperanza en Newark, Nueva Jersey. El domingo por la mañana, en la iglesia, un par de tarjetas de condolencia fueron colocadas en la reja de la entrada. «A la mejor cantante de todos los tiempos», decía una, atada a un pequeño ramillete de flores frescas.
Houston lanzó su primer álbum en 1985, «Whitney Houston», que vendió millones y produjo un éxito tras otro. «Saving All My Love for You» le mereció su primer premio Grammy, a la mejor cantante pop femenina. Los sencillos «How Will I Know», «You Give Good Love» y «The Greatest Love of All» también se convirtieron en hits.
Otro disco multiplatino, «Whitney», salió en 1987 con éxitos como «Where Do Broken Hearts Go» y «I Wanna Dance With Somebody».
Su decisión de no seguir las inflexiones más conmovedoras de cantantes como Franklin fueron criticadas por algunos que consideraron que le estaba restando importancia a sus raíces negras para cantar pop y llegar al púbico blanco. Las críticas fueron un constante estribillo gran parte de su carrera. Incluso fue abucheada durante los premios Soul Train en 1989.
Pasaron varios años hasta que el público vio el lado «sucio» de Houston. Su emotiva interpretación del himno estadounidense en el Super Bowl de 1991, en medio de la Guerra del Golfo Pérsico, la reafirmó una vez más como la novia de Estados Unidos.
En 1992 se convirtió en una estrella en el mundo de la actuación con El guardaespaldas. Pese a reseñas mixtas, la historia de una cantante (Houston) cuidada por un ex agente del Servicio Secreto (Kevin Costner) fue un éxito internacional.
También le dio quizás uno de sus éxitos más memorables: una abrasadora e sensacional interpretación de «I Will Always Love You» de Dolly Parton, que se mantuvo en el número uno de las listas de popularidad por semanas. Ganó el Grammy a la grabación del año y mejor interpretación vocal pop femenina, y la banda sonora de «El guardaespaldas» fue álbum del año.
Volvió a la gran pantalla en 1995-96 con «Waiting to Exhale» y «The Preacher’s Wife», ambos con sus respectivas bandas sonoras, y con otro exitoso disco de estudio, «My Love Is Your Love», de 1998, obtuvo un Grammy a la mejor interpretación vocal femenina de R&B por el tema «It’s Not Right But It’s Okay».
Houston montó lo que pareció ser un exitoso regreso a los escenarios en el 2009 con el álbum «I Look To You». La producción debutó al tope de las listas de popularidad, y con el tiempo se certificó platino.
Pero pronto volvieron los problemas. Un concierto para promover el disco en «Good Morning America» fue un fracaso: la voz de Houston sonó como cortada y desafinada. En una entrevista con Winfrey dijo que eso se debió a que había abusado de su voz.
Pero una gira mundial que comenzó en ultramar sólo confirmó sospechas de que Houston había perdido su valioso don, al no alcanzar las notas altas y decepcionar a muchos fans. La cancelación de conciertos generó conjeturas de que estaría abusando nuevamente de las drogas, pero Houston negó esos argumentos y dijo que estaba en perfecto estado, y que canceló por enfermedad.
Houston tenía previsto volver al cine con una nueva versión del clásico Sparkle. El rodaje del filme, protagonizado por la ganadora de «American Idol» Jordin Sparks, terminó recientemente.
Por: Agencia