Drogas inyectables para bajar de peso
Infobae.- Aprobados inicialmente para tratar la diabetes tipo 2, los fármacos demostraron tener propiedades en el abordaje del sobrepeso (Getty)
Los fármacos de esta clase son agonistas, o imitadores, de las hormonas intestinales naturales que afectan al metabolismo del organismo y a las señales de hambre en el cerebro.
Puntualmente, los llamados agonistas del GLP-1 (una hormona que se produce en el intestino post ingesta de alimentos y actúa a nivel central promoviendo la saciedad) son medicamentos inyectables que imitan los efectos del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1), una hormona intestinal que estimula la liberación de insulina.
Y a lo largo de la casi década transcurrida desde que se aprobó el primer agonista del GLP-1 para la obesidad en 2014, los científicos han aprendido lo suficiente como para empezar a ampliar su investigación para incluir otras hormonas intestinales.
Según Robert Kushner, endocrinólogo de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago (Estados Unidos), “esta es una ciencia nueva, y a medida que se empezó a aprovechar el poder de estas hormonas intestinales y pancreáticas individualmente y como combinaciones, realmente se está aprendiendo en el camino”, dijo el especialista en una entrevista con National Geographic. Kushner además integra el consejo asesor de uno de los laboratorios fabricantes.
Aunque estos nuevos fármacos tienen algunos efectos secundarios, según los especialistas son completamente distintos biológicamente del legado menos estelar de los anteriores medicamentos para adelgazar que se usaban hace una década.
Los expertos destacan que este tipo de tratamientos siempre debe darse en el marco de un cambio de hábitos y bajo supervisión médica (Getty)
“Ahora, por primera vez, sabemos que, en parte, la puerta de entrada a la regulación del apetito y al tratamiento de la desregulación del apetito pasa por estas hormonas intestinales”, añadió Kushner.
Gran parte de las investigaciones acerca de otros usos terapéuticos de la semaglutida, el compuesto del Ozempic y del Wegovy, así como de la tirzepatida, la sustancia presente en el Mounjaro y el Zepbound, están en sus primeras etapas en pacientes reales.
Algunas de las grandes preguntas para las que los científicos buscan respuesta son: ¿los beneficios de estos fármacos solo se reducen a la pérdida de peso? ¿O tienen otros efectos, como disminuir la inflamación del cuerpo o calmar los pensamientos compulsivos del cerebro, que pudieran ofrecer la posibilidad de tratar muchas más enfermedades?
Es poco probable que lo sepamos pronto. “Apenas estamos aprendiendo cómo funcionan estos medicamentos”, señaló Daniel Drucker, uno de los primeros investigadores en estudiar dichos fármacos. Drucker es consultor de Novo Nordisk, la empresa que fabrica el Ozempic y el Wegovy.
El 51% de la población global tendrá sobrepeso u obesidad en 12 años, según señaló el último informe de la Federación Mundial de Obesidad (Imagen ilustrativa Infobae)
“El objetivo del descenso del sobrepeso es que la persona baje un 10% en un período no superior a 6 meses y mantenerlo a 5 años, según la Organización Mundial de la Salud”, explicó a Infobae el doctor Silvio Schraier, miembro de la subcomisión científica de la Sociedad Argentina de Nutrición y vicedirector de la carrera de especialización en Nutrición de la Fundación Barceló.
“Cuando se indica un medicamento, se espera que en tres meses la persona baje el 5%. Si no lo logra, significa que el fármaco no es para esa persona. Eso no significa que el fármaco que ha sido evaluado en ensayos clínicos no sirva. Significa que ese medicamento no es para ese paciente específico. Eso puede ocurrir con cualquiera de los medicamentos para obesidad, incluyendo a los agonistas del receptor GLP-1″, completó Schraier.
Cada medicamento tiene un tope en su capacidad para bajar de peso. Por eso el especialista consideró que los nuevos fármacos bajan el nivel de glucemia y del sobrepeso, pero tienen un límite. Así como no estaría bien que generaran una hipoglucemia -es decir, niveles de glucemia por debajo de lo óptimo-, tampoco es conveniente que el peso descienda excesivamente”.
Cambiar los hábitos alimentarios para seguir una dieta saludable y la incorporación de actividad física de manera regular, son dos pilares fundamentales para el éxito de estos tratamientos farmacológicos.
El doctor Eric Brandt, director de cardiología preventiva del Centro Cardiovascular Frankel de Salud de la Universidad de Michigan, dijo: “Recomiendo a mis pacientes que mientras los toman, establezcan mejores hábitos de estilo de vida”.
“Esto incluye comer más alimentos integrales de origen vegetal, reducir las calorías de las bebidas azucaradas, dejar de fumar, usar técnicas para reducir el estrés como la meditación y comprometerse con un régimen de ejercicios”, señaló el cardiólogo en un comunicado de prensa de la universidad.
drogas inyectables comercializadas como Ozempic™, Wegovy™ y Mounjaro™ y Zepbound™ nacieron como medicamentos para la diabetes porque controlan el nivel de glucemia (Getty)
Aunque los fármacos son seguros y por eso fueron autorizados por las agencias reguladores, algunos especialistas en medicina de la obesidad alertan que se debe ser cautelosos porque, al igual que los medicamentos para tratar altos niveles de colesterol o hipertensión, que se toman de forma prolongada, pueden observarse efectos secundarios con impacto diferente según la historia clínica de cada paciente. Deben tomarse a perpetuidad para que los pacientes no recuperen el peso que han bajado.
Susan Yanovski, codirectora de la oficina de investigación sobre obesidad en el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, advirtió en diálogo con The New York Times que será necesario monitorear a los pacientes para observar si desarrollan efectos secundarios inusuales, pero graves, en especial porque los científicos todavía no saben cómo funcionan los fármacos en todos los sistemas del organismo.
Por desgracia, añadió, la propia obesidad está asociada con una larga lista de problemas médicos graves como la diabetes, enfermedades hepáticas, cardiopatías, distintos tipos de cáncer, apnea del sueño y dolor de articulaciones. “No se deben perder de vista las enfermedades graves y el aumento de mortalidad que sufren las personas con obesidad”, advirtió.
“La persona con sobrepeso u obesidad necesita también del apoyo psicológico para ayudar en los cambios de hábitos de vida y salir del sedentarismo” (Getty)
Estos medicamentos pueden causar trastornos gastrointestinales, como diarrea y náuseas pasajeras en algunos pacientes. Estos problemas pueden ser especialmente comunes al comienzo del tratamiento, hasta que los pacientes se acostumbran a la ingesta de la droga, y tienden a disminuir con el tiempo.
Pero lo importante es su principal efecto: los pacientes afirman que dejan de tener el antojo constante de ingerir alimentos. Se sienten satisfechos con porciones mucho más pequeñas. Bajan de peso porque comen menos de manera natural, no porque queman más calorías.
Los resultados de un ensayo clínico que se divulgó el pasado 8 de agosto indican que Wegovy tiene otros efectos además de ayudar a las personas a bajar de peso: también puede protegerlas contra complicaciones cardiacas como ataques al corazón y derrames cerebrales.
Es que para sorpresa de muchos, la prestigiosa revista Science eligió a los medicamentos inyectables para bajar de peso como el descubrimiento científico del año 2023.
Al abordar la resistencia a la insulina y el control del apetito, estos tratamientos no solo mejoran los niveles de glucosa sino que contribuyen también a la pérdida de peso corporal y la evidencia científica muestra datos alentadores sobre beneficios adicionales como la disminución de accidentes cardiovasculares y, recientemente, la reducción de la inflamación.