El coordinador de la Pastoral Penitenciaria de la Iglesia católica, fray Arístides Jiménez Richardson, planteó que es obligación de las autoridades penitenciarias mantener el respeto y cumplimiento de las prerrogativas jurídicas que les corresponden a los presos preventivos, especialmente a los adultos mayores.
Señaló que la prisión preventiva conlleva la presunción de inocencia, ya que no existe una condena definitiva.