“Los muchachos del ‘74”, como se hacen llamar las selecciones femenina y masculina de voleibol que obtuvieron la presea de bronce en los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados ese año en el país, se reencontraron ayer.
Con las canas, los surcos en la piel, el acortamiento de la vista y uno que otro achaque que suelen acompañar a las damas y caballeros de la tercera edad, ellos se juntaron ayer y tras los efusivos abrazos y palmadas de rigor, rememoraron los sacrificios que tuvieron que hacer para ganar unas medallas con sabor a oro.
“Esas medallas de bronce son para nosotros el oro más preciado que hay en el mundo. Tienen un valor incalculable”, enfatiza Yudelka Guzmán, una de las dos centrales titulares del equipo (la otra era Heyda Joaquín Tineo).
“Es la medalla del triunfo, del amor, de la entrega, la unidad y la amistad”, expresó Yudelka, una Licenciada en Administración de Empresas egresada de la Universidad Apec que en 1990 emigró a Italia, pero que en los últimos años ha decidido pasarse seis meses aquí y seis allá.
El junte no es nuevo en las únicas selecciones de un deporte de conjunto que se han mantenidos unidas desde el memorable acontecimiento deportivo.
También tienen la particularidad de que el 80 por ciento de sus integrantes tiene título universitario, algo no muy común en los deportistas de RD.
No debe extrañar que todas las actividades conmemorativas al medio siglo de la realización de los XII Juegos Santo Domingo ’74 — “Un compromiso de todos”, frase aglutinadora salida del ingenio de Don Max Reynoso– están siendo organizadas por un comité organizador presidido por el doctor Juan Abreu, el capitán del conjunto masculino.
Abreu entregó un t-shirt de colección alusivo a la cita multideportiva a la familia de Juan Ulises García Saleta, como homenaje a su condición de padre del olimpismo dominicano.
“El mensaje que queremos dejar aquí es que hemos estados unidos por 50 años. Es algo realmente muy meritorio. Por eso queremos transmitir a las autoridades deportivas, federados, atletas y entrenadores que sigamos el ejemplo de todos estos jóvenes”, manifestó Abreu.
De igual forma, participaron el artista Geo Ripley y su hermana Aida, hijos de Enrique Ripley Marín, otro de los padres del deporte local.
Las palabras de introducción las pronunció Heyda Joaquín, quien destacó su alegría y emoción por recordar una gesta deportiva de la que ella fue protagonista, como atleta. “Esto confirma que el deporte sigue siendo el medio de unión por excelencia en todo el mundo”, dijo.
Pablo Valdez, en tanto, resaltó que nunca ninguno de ellos ha estado vinculado a actividades reñidas con la ley o la ética.
La gente no sabe que nosotros somos la única selección, en ambas ramas, que se ha mantenido unida y celebrando este tipo de acontecimiento”, declaró “Quillo” Valdez, de 73 años, un Licenciado en Contabilidad que hoy es vicerrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
“Somos una familia y celebramos actividades periódicamente en casa de algunos de nosotros. No hay un cumpleaños que no se celebre”, precisó el otrora centro y luego salidor del equipo que dirigió el entrenador mexicano Vicente Arias, quien ayer en la tarde vino al país para juntarse con “sus muchachos”.
José Ramírez, un ex salidor de 77 años, vino de Connecticut, Estados Unidos, para estar presente en la celebración de la Boda de Oro de la justa regional que marcó el despegue del deporte dominicano.
“Reunirme con los muchachos reactiva mi salud. No me podía perder esto”, declaró Ramírez, de 77 años.
Selección femenina
Fue dirigida por el brasileño Deccio Viotti, asistido por Marcelo Richiez y tuvo foja de 5-2. La integraron Zoila Rosario, Ana Dilia Hernández, Milagros Lantigua, Yanira Pascual, Livia Russo, Rosario Eusebio, Heyda Joaquín, Yudelka Guzmán, Dércida Brito (f), Rosalía Ramírez (f), Mayo Sibilia y Magnolia Concepción.
Masculina
Dirigida por Vicente Arias, asistido por Mario Crispín, la conformaron Juan Abreu, Félix de la Cruz, José Ramírez, Leoncio Zapata, Manuel Ventura, Pablo Valdez, Enrique Martínez, Rafael Cuesta (f), Milton Pinedo, Rodolfo Woell y José Pereyra.
