El también diputado, doctor Carlos Sánchez puntualiza que se invierte menos del 1% en ese renglón; al tiempo de abogar de que los pacientes con problemas de salud mental sean incluidos en la seguridad social
Para el médico y político dominicano, doctor Carlos Sánchez, la inversión pública para la prevención y control de las enfermedades que afectan la salud mental en el país es muy baja, lo que coloca a los pacientes afectados por esos problemas en estado de abandono y sus familiares, en un proceso de pérdida de todos sus bienes.
Al celebrarse este martes 10 de octubre el Día Mundial de la Salud Mental, el galeno consideró además, que el estigma social que predomina en la población impide que estos pacientes se puedan reincorporar a la vida cotidiana.
Estimó, que al celebrar el Día Mundial de la Salud Mental, se debe procurar reformar la Ley de Salud Mental Ley No. 12-06 sobre Salud Mental vigente para incorporar elementos que permitan una nueva estructura orgánica en el sistema de salud, para que familiares tengan una remuneración por en el cuidado de la salud de sus pacientes.
“También hay que hacer una revisión de la Ley 87-01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social, a los fines de incluir a los enfermos mentales y que haya cobertura para los medicamentos de esos pacientes”, agrega el profesional de la salud.
Considera que si la seguridad social ofrece cobertura a los pacientes que padecen problemas de salud mental, sus familias no lo abandonarán como sucede actualmente.
Otro elemento considerado por el político y diputado que requiere mejorar en el país, es la formación de los recursos humanos, incorporando un nivel técnico para la atención de los pacientes y la participación de la población en el sistema de salud.
Sánchez Solimán enfatizó en la necesidad de iniciar en el país la aplicación de la estrategia de Atención Primaria para mejorar la calidad de la atención y universalizar el sistema de salud.
El también diputado recordó, que con la pandemia del COVID que afectó los últimos años, en todas las regiones del planeta aumentó la depresión en grupos sociales de forma considerable, afectando principalmente a las mujeres y los sectores más pobres.
