Santo Domingo, R.D. – Más allá de su valor material o estético, el anillo de graduación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se ha consolidado como un poderoso emblema de esfuerzo, dignidad e identidad, tanto dentro como fuera del país.
En una era donde la imagen y los símbolos adquieren gran relevancia, este pequeño objeto trasciende lo ornamental para convertirse en un testimonio silencioso del sacrificio, la superación y el orgullo colectivo de miles de dominicanos.
Para muchos egresados de la UASD, el anillo representa años de estudio, renuncias personales y el respaldo incondicional de familias y comunidades. No son pocos los casos donde esta joya fue posible gracias al trabajo de una madre en el mercado, la venta de animales de crianza o el esfuerzo solidario de una abuela.
Un testimonio vivido en el aeropuerto de Miami así lo confirma: al notar el anillo, un agente de seguridad identificó de inmediato a su portador como egresado de la UASD, destacando que su propio padre también se había graduado allí. A partir de ese momento, la interacción cambió: el trato fue más cercano y empático, como si el anillo hablara por sí solo.
Este tipo de experiencias se repite en otras partes del mundo. Durante una excursión en Cartagena, Colombia, un egresado compartió cómo en distintos países de Europa y América Latina, el anillo ha sido una carta de presentación que despierta respeto y reconocimiento, revelando la dimensión moral y social que envuelve a la universidad más antigua e importante de República Dominicana.
“El anillo de la UASD no es un simple adorno. Es un símbolo de credibilidad. Incluso cuando, por circunstancias de la vida, termina en una compraventa, su historia y su significado permanecen intactos”, señala un exalumno.
En comunidades rurales y urbanas, los egresados de la UASD suelen ser referentes, consultados y respetados, no solo por lo que saben, sino por lo que representan. Este respeto trasciende fronteras: quienes han tenido contacto con profesionales formados en la UASD coinciden en valorar su carácter, ética y formación.
La Universidad Autónoma de Santo Domingo no es solo una institución académica. Es una fábrica de sueños, un puente hacia la movilidad social y un patrimonio de la nación. Su anillo, entonces, es mucho más que una joya: es un legado tangible de dignidad, identidad y orgullo dominicano.